LA PLASTICA EN CHIAPAS: El tránsito desde el color hasta la explosión de la forma

El ensayo, y sobre todo aquel que tiene como objeto la crítica de arte, es un género exigente y un tanto ingrato. El crítico traslada a otro lenguaje lo que ya está completo en el cuadro, la escultura, la fotografía,'y le da vida en otro sistema de signos; traza mapas a partir de unas cuantas obras, indaga, sugiere perfiles, muestra relaciones y establece divergencias; inevitablemente, juzga. Quizá por eso resulta muy raro en nuestro medio ver ensayos sobre arte que no sean encargos hechos para "acompañar" -es el término que tristemente se usa- catálogos. El ensayo de arte desinteresado, fruto del simple hecho de disfrutar obras de arte, celebración sin 'orqué, reflexión tan gratuita como el objeto del que parte, es un ave todavía más rara. En un medio de prestigios literarios fáciles y rápidos, el ensayo crítico parece una mala elección: el artista, por definición, se siente fácilmente ofendido y nunca lo suficientemente halagado por el crítico. Pero la elección de los caminos largos y difíciles es la prueba del talante literario. ¿Qué tan difícil es hacer ensayo de crítica de arte en México? El lector tiene la prueba en sus manos: de todos los Premios Nacionales de Literatura que se otorgan en México, sólo hay uno cuya publicación no está prevista por las instituciones que los convocan, el Premio Nacional de Crítica de Artes P'Iásticas "Luis Cardoza y Aragón". Así nos va.